jueves, 2 de abril de 2015

Vigías de la seguridad con los peores salarios

Los guardias y policías deben “buscárselas” para satisfacer sus necesidades

Esteban Delgado
L
as labores que realizan los miembros de la Policía Nacional y de las Fuerzas Armadas, a través de las instituciones militares dependientes del Ministerio de Defensa, se desarrollan en medio de precariedades que los obligan a hacer maniobras diversas para incrementar sus niveles de ingresos.
El Ministerio de Defensa tiene tres instituciones militares básicas: Ejército Dominicano, Armada de República Dominicana, antigua Marina de Guerra, y Fuerza Aérea Dominicana.
El salario base de un miembro de la Policía o un guardia sin rango, es decir, raso, oscila entre RD$6,181.16 y RD$7,000 mensuales, indican esas instituciones en sus respectivos portales de internet.
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Con esos niveles de sueldos es difícil que un agente policial pueda desarrollar su trabajo sin incurrir en la tentación de buscar alternativas adicionales como prestar servicios a instituciones públicas o privadas, agenciarse la asignación de una labor extra dentro de la propia institución, salir a “macutear” o a pedir en operativos improvisados o, en el peor de los casos, incurrir en actos delictivos.

En el ámbito militar y policial sus miembros no acostumbran a ofrecer informaciones sobre sus condiciones de vida, pero solo hay que revisar sus salarios para imaginarse su realidad.
Los bajos niveles salariales no son solamente entre los agentes de bajos rangos. Los generales y coroneles tienen sueldos que no llegan a los RD$40,000 mensuales en las Fuerzas Armadas y solo en el caso del rango de Mayor General, el sueldo es más elevado para la Policía, con RD$62,529.42 mensuales.
Muchos se preguntan cómo es posible que un coronel o un general de brigada exhiban buenos niveles de vida en términos materiales, con salarios por debajo del pago de un gerente medio en cualquier empresa privada o entidad estatal.
La realidad es que no se trata necesariamente de actos indecorosos por parte de esos agentes de alto rango, sino más bien de ingresos extras por especialidades, puestos administrativos con paga adicional al rango y también “facilidades” que les llegan de acuerdo con la posición que ocupan o la zona donde prestan servicios.
“Los comandantes de zonas reciben regalos de parte de empresarios y de personas influyentes en algunas demarcaciones donde prestan servicios”, expresó a elDinero un general retirado que, precisamente, vive en una casa que le fue regalada.
Lo anterior indica que la prosperidad de militares de alto rango no siempre es por acciones indecorosas, aunque sí por actos que pueden afectar el buen desempeño de sus funciones, pues el hecho de recibir algún regalo, si bien no es corrupción, sí se escapa de la ética.
En el sector militar y policial hay rangos parecidos, aunque la Policía no es precisamente una institución militar.
Alrededor de 13 rangos destacan en los niveles jerárquicos de los cuerpos castrenses, desde raso, alistado o marinero, hasta teniente general o almirante. Éste último rango sólo lo ostentan de forma transitoria el Ministro de Defensa y en una ocasión el Jefe de la Policía. El jefe policial actual es mayor general.
Fuente: http://www.eldinero.com.do/10275/vigias-de-la-seguridad-con-los-peores-salarios/

sábado, 28 de febrero de 2015

EL INTERÉS NACIONAL: Un enfoque realista de los Elementos del Poder Nacional

Desde el enfoque sociológico de Max Weber (1984), el “poder” es entendido como aquella oportunidad o posibilidad que existe en una relación social, en donde un individuo deliberadamente influye en el comportamiento de otros, en una dirección prevista, para lograr cumplir su propia voluntad.i Mientras que, el concepto “poder nacional” implica el conjunto integrado por todos aquellos componentes que permiten a un país determinado, la utilización de sus capacidades nacionales para planificar y ejecutar políticas públicas domésticas y externas, en función de intereses nacionales preestablecidos, de forma tal que sean alcanzados los objetivos nacionales.

Es importante tener en cuenta que el concepto poder nacional no está referido a los niveles de constitucionalidad y legalidad operativa en el contexto doméstico de un país, puesto que eso concierne a los poderes públicos, es decir, a aquellos órganos e instituciones del Estado a quienes corresponde, en su dimensión coactiva, el monopolio legítimo de la violencia. El poder nacional implica una combinación de todas las capacidades estatales, ya sea en términos políticos, económico-financieros, tecnológico-industriales, comerciales y militares, así como, los mecanismos mediante los cuales esta combinación es expresada, en el entorno interno y externo del país.

Una adecuada valoración del poder nacional de un determinado país implica que éste sea referenciado ante el trasfondo de otros poderes nacionales, por lo que resulta mucho más factible estudiar el poder nacional en la esfera de las relaciones internacionales. Para tales fines es de gran utilidad el marco conceptual de las teorías planteada por Frederick Howard Hartmann (2002), sobre los Elementos del Poder Nacional, en la 6ta. Edición de su libro “Introducción a las Relaciones Internacionales”, en donde intenta analizar la esencia de los problemas transnacionales desde la óptica realista, partiendo de la idea de que habitamos en un mundo cada vez más pequeño, donde el impacto de cada parte sobre las demás es mucho más grave que nunca.ii

Desde este panorama, Hartmann comienza a teorizar sobre las situaciones nacionales y transnacionales, sosteniendo que en la solución a todo problema que se presente en una nación, el Estado es el principal actor, debiendo éste tener la capacidad de trabajar en función de sus mejores intereses; planteando que las naciones deben defender, además del control de su territorio, los valores que le diferencian de las demás, con relación al mundo exterior; argumentando que las opciones políticas que toma el gobierno representan una salida conforme a los factores internos de ese Estado y los derivados del medio externo.

El elemento fundamental de la política exterior de cada país, debe ser el interés nacional, conformado por aquellas cosas que los Estados tratarían de proteger a toda costa o conseguir frente a otros, el cual es producto de una interacción compleja que Howard se atreve a dividir en intereses vitales y secundarios, definiendo como vitales aquellos por los cuales el Estado está dispuesto a luchar, y secundarios lo que simplemente querría lograr, pero que al formular sus políticas tratar de adaptarlas para que sean compatibles con las de otras naciones.

Hartmann se imagina a un funcionario que toma decisiones entre fuerzas internas y externas, centrando su foco de análisis en los procesos mediante los cuales los Estados deben amoldar sus decisiones al interés nacional, sin perder de vista el impacto que causa sobre sí lo que sucede en otros Estados.

Desde enfoque realistas, para preservar o satisfacer sus intereses vitales y lograr así su seguridad nacional, los Estados deben utilizar los modelos de poder que le permitan garantizar una adecuada defensa de sus intereses nacionales. Y es justo el escenario en que juega un papel estelar el Poder Nacional, como resultado de la suma de todas las fortalezas que posee una nación, para el establecimiento de su estrategia de desarrollo y la consecución de sus objetivos nacionales.

En este contexto, para Hartmann, el término “Poder”, significa cuán débil o fuerte es un Estado, la fuerza o capacidad que este puede utilizar para satisfacer sus intereses nacionales e influir en otros. Debido a que las relaciones entre Estados soberanos son siempre en su raíz una política de poder, que variará de acuerdo a lo que esté en juego; cómo se perciba la cuestión y con quién se trate; construyendo una conjunción de la que surgen siete conceptos a los cuales él llama los “Elementos del Poder Nacional”.

Para Hartmann los “Elementos del Poder Nacional” son: Demográfico: cuantos habitantes hay, cuál es su estructura y su tendencia; así como el componente Geográfico: dónde vive la gente y bajo qué clima, cómo influye su ubicación geográfica y qué tamaño tiene su territorio. Aquí es fuerte la geopolítica, la ubicación es importante en términos estratégicos porque existe una interacción entre la población y el medio geográfico.

Un elemento sumamente importante es el Económico, puesto que determina Cuáles son los recursos del pueblo, materias primas, Producto Interno Bruto (PIB), escasez o abundancia de materiales críticos. La autosuficiencia económica es una cualidad importante. De ahí la incidencia de la economía en el elemento Científico-Tecnológico puesto que, los descubrimientos y las nuevas tecnologías son importantísimos conocimientos que generan poder y dependencia de otras naciones. Además, pueden volcarse a actividades relacionas con la defensa nacional.

Todo aquello qué le ha sucedido a lo largo de la historia a la nación, cómo tiende a pensar, cuáles son sus actitudes típicas, cómo está estructurada la sociedad, son componentes del elemento Histórico-Psicológico-Sociológico.

El elemento Organizativo-Administrativo, se refiere a la forma de gobierno, la actitud que asume el pueblo ante este, así como el grado de fortaleza, eficacia y eficiencia de las instituciones de la administración pública, mientras que el Militar: tiene que ver con qué tan efectivo y eficiente ha sido el desarrollo de sus fuerzas armadas.

Como bien plantea Richard Vásquez Jiménez (2010) la expresión militar del poder nacional implica además la función de brindar apoyo para la estabilidad y seguridad de los demás elementos del poder antes mencionados; misión que cumple, utilizando el recurso humano que componen las fuerzas armadas de la nación, así como los equipos y tecnología de la que disponen.iii

A modo de conclusión, podemos decir que el poder nacional de un país sólo puede ser analizado y medido observando su efectividad en la interacción internacional con otros poderes nacionales. Siendo así, todo accionar del poder, que proviene de un país con capacidad de accionar más allá de sus fronteras, para garantizar los intereses nacionales siempre deberá reconocerse como parte de su poder nacional.

i WEBER, Max. (1984); Economía y Sociedad. Cap. III y IX. – Fondo de Cultura Económica. México.
ii HARTMANN, Frederick H. (2002); Las Relaciones Internacionales; Instituto de Publicaciones Navales; Buenos Aires, Argentina.
iii VASQUEZ, Richard; (2010); SEGURIDAD NACIONAL Y DESARROLLO ECONÓMICO: Matriz para el Crecimiento Integral de las Naciones (Caso República Dominicana)