sábado, 23 de junio de 2012

Memorias de la Clase 51


DISCURSO DE GRADUACIÓN

21 de junio de 2012, Salón Las Américas, OEA, Washington, DC
En nombre de la Clase 51, del Colegio Interamericano de Defensa, saludamos las oportunas palabras y profundas reflexiones del Señor Secretario General  de la Organización de los Estados Americanos, Su Excelencia,  José Miguel Insulza, cuya distinguida presencia da realce a esta emotiva ceremonia.

Hace aproximadamente un año, tímidamente intercambiábamos nuestras primeras impresiones en el Colegio Interamericano de Defensa, con la ilusión de aprobar el Curso Superior en Defensa y Seguridad Hemisférica, más sin embargo,  luego  de un intenso proceso académico, hoy nos presentamos ante ustedes, como un grupo de profesionales que miran el futuro con una forma de pensamiento distinta, unidos por la solidaridad, hermanados por el respeto a la diversidad, pero además, dotados de nuevo nivel de conocimiento, que nos permitirá aportar, desde el lugar en que nos encontremos, al desarrollo y bienestar de nuestros países y de nuestro hemisferio.

Francis Bacon dijo alguna vez, que el conocimiento es poder.  Y yo tomo el atrevimiento de agregar a esta célebre frase que ese poder que hemos adquirido en este espacio académico,  proporcionado por el Colegio, implica una gran responsabilidad, ya que nos impone el compromiso  ineludible de luchar por un hemisferio cada vez más seguro, en beneficio de nuestros hijos y de las generaciones futuras.

Acertadamente se afirma que: “El agradecimiento es el sentimiento más noble que puede brotar del alma humana” y es esto, precisamente, lo que nos convoca esta mañana. Puesto que, el éxito de la jornada que hoy concluye no habría sido posible sin el apoyo de la  OEA, de la JID; sin el esfuerzo decidido y visionario del liderazgo del Colegio Interamericano de Defensa, particularmente de su Director, el Almirante Jeffry Lemmons, de los Asesores y académicos de altísimo nivel, el personal administrativo, a quienes hacemos presente nuestro más sincero agradecimiento, por su dedicación y profesionalismo.

Particular reconocimiento extendemos a nuestras familias, quienes han sido y serán el principal motivo y razón de nuestro esfuerzo, que con su sacrificio y presencia, ya sea física, espiritual o a la distancia, nos proveen el estimulo necesario para superar cada desafío. Y a Dios Todopoderoso, porque su permanente insistencia en mostrarnos su amor incondicional en todo momento, supera nuestra capacidad de comprensión.

En nombre de la Clase Sin fronteras,  convencidos de que los límites de nuestros países, no detienen los sentimientos de fraternidad, cooperación, solidaridad y compañerismo interamericano. Apreciamos profundamente la presencia de todos y cada uno de ustedes. Gracias por compartir con nosotros este importante momento.

Que Dios nos bendiga a todos!

Muchas gracias.