La
Constitución dominicana establece que “Es
función esencial del Estado, la protección efectiva de los derechos de la
persona, el respeto de su dignidad y la obtención de los medios que le permitan
perfeccionarse de forma igualitaria, equitativa y progresiva, dentro de un
marco de libertad individual y de justicia social, compatibles con el orden
público, el bienestar general y los derechos de todos y todas”[i]
En tal contexto, la Seguridad Nacional puede ser definida
como aquella situación en la cual el Estado tiene garantizada su existencia, la
integridad de su patrimonio, sus intereses nacionales, así como su soberanía e
independencia; entendida ésta como la facultad de actuar con plena autonomía en
el campo interno y libre de toda subordinación en el campo externo.
Mientras que la Defensa
Nacional, solo comprende el conjunto de previsiones y acciones que adopta
el gobierno permanentemente para permitir la supervivencia y permanencia del
Estado, incluyendo su integridad, unidad y facultad de actuar con autonomía en
lo interno y libre de toda subordinación en lo externo, posibilitando que el
proceso de desarrollo se realice en las mejores condiciones; es decir, que
permitan al Estado alcanzar y mantener los Objetivos Nacionales, pese a los
antagonismos o presiones, tanto en el campo externo como en el interno.[ii]
La Seguridad, en
sentido llano, es el sentimiento de protección frente a carencias y peligros
externos que afecten negativamente la calidad de vida. Sin embargo, para el
Estado adquiere una dimensión muy compleja, porque se sostiene con el ejercicio
de diversa políticas de seguridad pública (Ciudadana, Jurídica, Sanitaria,
Educativa, Laboral, Alimenticia, etc.) que afectan las condiciones de la vida
social, económica y cultural de las personas.
Hay tantos tipos de seguridad, como actividades pueda
realizar el ser humano. Particularmente, cabe destacar la Seguridad Pública, (también llamada -seguridad interior) la cual es
totalmente perceptiva, como la seguridad internacional. A diferencia de esta
última, en la seguridad pública es el ciudadano quien percibe la amenaza; y su
protección se realiza dentro del régimen de monopolio de la violencia.
Internamente, el Estado detenta ese monopolio legítimo, constituido por las
fuerzas de seguridad pública y de justicia.
En el caso de la Seguridad Ciudadana, se refiere exclusivamente a la garantía de la
integridad personal, objetiva y subjetiva de todos y cada uno de los
ciudadanos, asegurándole estar libre de violencia o amenaza de violencia o
despojo intencional de sus pertenencias.[iii]
Es una situación institucional y social
en la cual las personas pueden gozar plenamente y ejercer integralmente sus
libertades y derechos. Pero esta solo puede darse a partir de la plena vigencia
del Estado Democrático de Derecho, para garantizar el desarrollo integral de
las personas, mediante la preservación de su integridad física y la de sus
bienes y propiedades.
Multidimensionalidad
de la seguridad
Mucho antes del período que se conoce
como la guerra fría, para la mayoría de los países latinoamericanos, la principal
amenaza a la seguridad nacional, tradicionalmente estaba enmarcada en el
contexto de las controversias territoriales y agresiones militares externas
entre dos o más Estados. En algunos casos, también se incluyó a la subversión
armada de carácter comunista, maoísta, leninista e incluso, con ideas
separatistas, dentro del territorio, como una amenaza a la seguridad nacional”.
[iv]
Sin
embargo, ese “enemigo” al que en el pasado se
enfrentaban las fuerzas de defensa y de seguridad ha ido mutando; y de ser
una amenaza tradicional, de la que se suponía
de dónde venía y hacia donde iba,
ha pasado a convertirse en un enemigo poderoso, silente, poco visible y plural,
transformándose en una grave preocupación para los Estados.
En tal sentido, los Estados miembros de
la Organización de Estados Americanos, OEA, han reconocido, a partir del 2003,
que a estas amenazas tradicionales se han agregado nuevas amenazas,
preocupaciones y otros desafíos de naturaleza diversa, entre los que destacan:
El terrorismo, la delincuencia organizada transnacional, el problema de las
drogas, la corrupción, el lavado de activos, el tráfico ilícito de armas, la
trata de personas, los delitos de alta tecnología y las conexiones entre ellos.[v]
También
han sido considerados como componentes de estas nuevas amenazas: La pobreza
extrema, los bajos niveles educativos y la exclusión social de amplios sectores
de la población, que también afectan la estabilidad y la democracia; el
deterioro del medio ambiente, los desastres naturales y los de origen humano;
el VIH/SIDA y otras enfermedades.
[i]
Constitución de la República Dominicana, proclamada el 26 de enero, Gaceta
Oficial No. 10561.
[ii]
http://cdn.usalnet.org/tesis/files/rivera.pdf
[iii]Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD). VI
Cumbre de Las Américas, págs. 2-3, 2011.
[iv]Acosta,
Andrés. Diálogo. “El asunto de las nuevas amenazas” 2011.
[v]Organización
de los Estados Americanos, OEA
Declaración Sobre Seguridad en las Américas, (Aprobada en la tercera
sesión plenaria, celebrada en México, el
28 de octubre de 2003, Consultada en http://www.oas.org/es/ssm/CE00339S03.pdf
Muy bien expresado. Complementando al escrito, una estrategia de seguridad nacional (ESN) también debe incluir todos los actores del estado. Es decir, los esfuerzos debidamente sincronizados y con prioridad hacia los campos sico sociales, la corrupción, transporte/infraestructura, energía, ciber terrorismo, entre otros. Así mismo, una vez que estos puntos sean designados como parte de la ESN, permitir a los respectivos ministerios del estado desarrollar sus propias estrategias que complementen los esfuerzos nacionales. Entre otros, 'El Libro Blanco' de la defensa es un elemento fundamental para sostener el enfoque estratégico de la ESN. La misma debe de ser revisada y actualizada cada dos años. R/ Dr. M.A.'Mike' González R., MGR Consultants, S.A., Ocala, FL, USA
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