Por: Raimundo García Cuesta
Continuamente estamos escuchando el término de Seguridad vial, utilizado en estudios, discursos, programas de intenciones, incluso en conversaciones informales, pero ¿realmente existe conciencia de lo que es la Seguridad Vial? Pues si estudiamos con detalle todas las referencias que se hace a ella, llegamos a la conclusión de que se entiende por tal la mera ausencia de accidentes. Se avanza, por ejemplo en la diferenciación que se hace en Europa entre "Road Safety" y la nueva "Street Safety", pero siempre refiriéndose la seguridad vial en genérico. Es necesario, por tanto llegar a un acuerdo respecto a lo que debemos entender por Seguridad Vial, para, a partir de ese concepto, hacer un planteamiento científico de su consecución.
Por pura analogía, podemos referirnos a la definición de salud que hace la Organización Mundial de la Salud (O.M.S.), al afirmar en su carta magna que: "La salud es el estado de completo bienestar físico, mental y social y no sólo la ausencia de enfermedades".
Así, y siguiendo la misma línea de razonamiento, entendiendo por seguro "aquel lugar o sitio libre y exento de todo peligro, daño o riesgo", resulta que la Seguridad Vial sería aquella que, reconociendo la innegable importancia de evitar accidentes y víctimas, ponga el acento en el acceso seguro, libre y autónomo a los espacios públicos, urbanos e interurbanos. El fin último es el conseguir un bienestar saludable de nuestras calles y carreteras. Y sin quererlo, ya estamos en la línea de la definición de la OMS, es decir, la Seguridad Vial sería "el estado de bienestar saludable en el libre y autónomo uso de nuestras calles y carreteras".
Los actuales planteamientos de actuación, limitados a evitar el riesgo reduciendo el índice de accidentes, aplicando normativas de tráfico, incidiendo en el comportamiento individual, etc., muchas veces implican una limitación a la movilidad, que en algunos casos, como en el de los niños, puede llegar a ser traumática, y se contraponen a aquellos principios que inspiran una Seguridad Vial Sostenible, como lo sea la actuación proactiva, basada en escenarios reales, entendiendo y gestionando los riesgos, desarrollando la responsabilidad social, y mejorando la calidad de vida.
Ahora bien, la seguridad vial es una parte de la seguridad, y ésta es uno de los principales indicadores de calidad de vida, por lo que mejorar la seguridad vial mejora directamente la calidad de vida en nuestra comunidad. Es preciso, por tanto, contribuir a una mejor comprensión del concepto de seguridad, huyendo de simples enfoques convencionales desde la ingeniería del tráfico (del vehículo y de la vía) y/o "educación de conductores", cuestión esta última que actualmente se limita a cuestiones de tráfico y comportamiento en la conducción y está muy sometida a restricciones de tiempo y currículo.
Es preciso, por tanto, abrir un gran debate sobre este aspecto primordial, y auténtica "clave de bóveda" de todo el complejo entramado social que es preciso tejer y conservar para, precisamente, disfrutar de esa seguridad vial. La idea de la Carta Europea de la Seguridad Vial, en cuanto que compromiso tanto individual como colectivo, con un esfuerzo y objetivo común, es un buen punto de partida. Y esta idea puede aplicarse, con las necesarias adaptaciones a la idiosincrasia propia de cada región, de forma casi universal.
Raimundo García Cuesta
Presidente de la AEAV (Asociación Española de Accidentología Vial)
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